La Trastienda se mudó de casa y la fiesta de
bienvenida se la dio Ale Carbel (a quien conocimos en este post), encargado de
llenar cada una de las paredes blancas perfectas con sus obras igual de
perfectas. Ale le puso el calor a hogar a través de sus colores, texturas y materiales…
Primer fue silencio y vacío. Unos pocos muebles
retro amigos del estilo mid century dieron un contexto real a las obras pictóricas
de Ale, y dos muebles acomodaron esculturas
y obras de menor tamaño como un coleccionista organizaría el living de su casa,
con amor y medida composición.
El silencio fue desapareciendo al compás de los
primeros pasos. Los amigos de Ale y La Trastienda comenzaron a llegar. Todo fue
nuevo para todos… Nueva casa y nueva muestra (con obras frescas y otras
viejas), pero la misma buena vibra de siempre. Arte, amigos, copas de vino,
música en vivo y encuentros memorables…
El dúo de violín y celo Cuerda Quebrada, compuesto
por Marcela Farías y Blas Moreau (músicos de Ricardo Vilca), llenó la noche de
música. Le agradecemos a Marce por estas fotos con cuerdas...
Y junto a La Trastienda, una Usina con más arte.
El artista Bruno Prin llevó sus cuadros, montó un exhibidor improvisado y se
sumó a la fiesta, no sólo con la oferta prêt-à-porter de la obra, sino que
además nos regaló una pintada en vivo, en una de las paredes de flamante La
Trastienda.
Así corrió la noche, ideal. No hacía frío ni
calor, había arte y buen vibra, empanadas calentitas que salían de la Usina, y
un hermoso grupo de amigos que llegaron de varios puntos para celebrar la
primera noche dedicada al arte del año. ¡Muchas gracias a todos por
acompañarnos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario